Camilo Torres R. nació el 3 de febrero de 1929 en Bogotá (Colombia); desde muy temprana edad comienza a dar testimonios de su constante preocupación por los oprimidos y va acrecentándose en su conciencia que lo fundamental del hombre es el amor inclaudicable por los desposeídos.
Convencido que la mejor manera de encontrar alivio, a los sufrimientos del pueblo y por sus propias motivaciones ingreso al seminario y se hizo sacerdote. En 1954 en Lovaina (Bélgica), obtiene el grado de licenciado en Ciencias Sociales, permaneciendo en este país entre 1954- 59. Regresa a Colombia en 1959 vinculándose a la universidad Nacional ejerciendo las actividades de capellán y profesor de sociología, donde además fundo la facultad de sociología en colaboración con el profesor Eduardo Umaña Luna en el año 1959.
En estos años Camilo comienza a expresar la necesidad y la posibilidad histórica del dialogo entre los MARXISTAS y los CRISTIANOS, pensamientos que en su desarrollo practico crearía situaciones nuevas al interior de la iglesia colombiana y latinoamericana.
En 1962 comienza a tener dificultades de parte de las autoridades eclesiales, siendo destituido por el cardenal Luis Concha Córdoba exponente del más rancio conservadurismo.
Comienza a ejercer la decanatura de la Escuela Superior de Administración Pública (ESAP) y colabora en la redacción del libro "Violencia en Colombia". Participa en varios seminarios en Argentina, Venezuela y Perú y en ellos proclama abiertamente la necesidad de profundos cambios sociales en el continente.
A partir de 1964 promueve reuniones con dirigentes políticos del Partido Comunista, las juventudes del movimiento Revolucionario liberal, (MRL), el movimiento estudiantil Colombiano, el Frente Unido de acción revolucionaria y con jóvenes no alineados políticamente. Este momento es trascendental en la vida de Camilo ya que no solo conoce más de cerca los diversos sectores de la Izquierda Colombiana; Si no que le permite ir dando su paso de sociólogo a dirigente político.
Se acrecienta su preocupación por los oprimidos, su conciencia de la exigencia de amor al prójimo, más sus estudios y formación sociológica le demuestran la importancia de que el amor tiene que ser eficiente; es decir, que se necesita el cambio de estructuras, que es obligatoria una revolución social.
Simultáneamente con la aparición de la declaración programática del ELN en febrero de 1965, Camilo hace publica su "plataforma para un movimiento de unidad popular", conocida luego como la Plataforma del Frente Unido.
Su vida política y revolucionaria nace ligada al contexto histórico y social en que surge el ELN y esto explica las profundas coincidencias entre el ELN y Camilo.
En la convocatoria amplia del Camilismo, comienzan a converger amplios sectores de trabajadores, sectores populares, estudiantes, cristianos, intelectuales. Su persistencia en la unidad, en la amplitud, expresada en su llamamiento a "tomar lo que nos une y dejemos lo que nos separa" se convierte en la clave del crecimiento posterior del Frente Unido. Desafortunadamente el sectarismo, padre natural de la izquierda, se impone y el Frente Unido se ve diezmado por la propia mezquindad de la gran mayoría de sus componentes.
Los sectores no alineados son el basamento vital del Frente Unido y entre ellos se destacan algunos dirigentes estudiantiles miembros del ELN como Julio Cesar Cortes, Jaime Arenas Reyes y José Manuel Martínez Quiroz.
En julio de 1965 presenta la solicitud de ser reducido al estado laical, debido a la persecución a la que es sometido por la jerarquía de la iglesia católica. El 27 de julio celebra su última misa.
En los meses que van de julio a octubre toma contacto con diferentes regiones de Colombia, y a través del Frente Unido, el periódico del Frente, transmite sus famosos mensajes a los cristianos, a los camilistas, a los militares, a los campesinos, a las mujeres, a los estudiantes, a la oligarquía, a los sindicalistas, a los no alineados, a los cesantes y al frente unido del pueblo.
Camilo se había vinculado al ELN, meses antes de lanzar su histórica "proclama al pueblo Colombiano", en enero 7 de 1966 donde hace pública su incorporación a nuestras filas.
En efecto, el 3 de julio de 1965, Camilo se entrevista con Fabio Vásquez C en las montañas de San Vicente de Chucuri y allí se acuerda su permanencia y militancia en la organización.
El 18 de octubre del 65, a las 5 de la tarde le dice Camilo a uno de sus asesores: "No me puedo estar más aquí. El ejército ya lo sabe todo. Sabe mi vinculación con el ELN. Yo no quiero que me maten como Gaitán en la carrera séptima sino que me maten en el monte. Porque a Gaitán lo mataron en la ciudad y su muerte no mostró ningún camino. Mientras que si a mí me matan en el monte, mi muerte si señala un camino".
Camilo llega al frente José Antonio Galán el nueve de octubre de 1965, después de recibir del comandante Manuel Vásquez Castaño las ultimas instrucciones. En la guerrilla se distingue por su sencillez y su inmenso cariño por los campesinos, se adapta físicamente y aporta en la alfabetización de los combatientes.
Camilo muere en combate el 15 de febrero de 1966 en la vereda "Patio Cemento" del municipio de san Vicente de Chucuri (Santander) como su madre Isabel de Restrepo lo dijo: "CAMILO NACIÓ CUANDO LO MATARON".
¿COMUNISMO EN LA IGLESIA?
[Entrevista a Camilo Torres]
¿CUÁL ES SU OPINIÓN ACERCA DE LAS REVELACIONES HECHAS POR EL PRESIDENTE VALENCIA SOBRE LA INFILTRACIÓN COMUNISTA EN LA IGLESIA?
Desde el punto de vista estrictamente teórico cuando se habla de Iglesia, se habla de todos los bautizados, tanto con bautismo sacramental como con bautismo de deseo. Esto comprende una gran parte de la humanidad puesto que todos aquellos que están de buena fe se supone que tienen el bautismo de deseo. En este sentido, no creo que se pueda hablar de infiltración comunista en la Iglesia ya que, en Colombia, creo que un alto porcentaje de los comunistas son bautizados.
Si se habla de infiltración lo más lógico es suponer que hay miembros de la Iglesia que, diciéndose católicos, realmente son comunistas. Para averiguar si esto sucede no quedaría más remedio que establecer un tribunal como el antiguo tribunal de la Inquisición para que detectara a los infiltrados comunistas dentro de la Iglesia.
Sin embargo, en el lenguaje vulgar, cuando se habla de la Iglesia colombiana se habla de los obispos y sacerdotes y cuando se dice que hay infiltrados dentro de la Iglesia la opinión pública entiende que se trata de infiltrados dentro del clero. La investigación que podría esclarecer esta situación supone una labor inquisitorial que establezca dentro de la Iglesia el delito de opinión.
Puede ser que el Presidente no haya tenido esta intención al hacer su declaración, pero si ella se toma en serio los efectos no podrán ser diferentes.
¿SEGÚN SU CRITERIO, A QUE SE DEBE LA FRECUENTA INFORMACIÓN DE CIERTA PRENSA SOBRE LA EXISTENCIA DE SACERDOTES COMUNISTAS?
Para poder entender los motivos que mueven a cierta prensa para informar sobre la existencia de sacerdotes comunistas, tendríamos que analizar el fenómeno del macartismo en general.
Toda clase dirigente tiene sistemas de defensa, algunos informales y otros formales. Cuando se trata de una clase dirigente impopular y minoritaria es necesario que ésta busque sistemas eficaces para descalificar ante la opinión pública a sus adversarios. La opinión pública se orienta más fácilmente con adjetivos que con disquisiciones filosóficas.
Para desacreditar un puente, basta con ponerle el epíteto de "podrido". Para hacer perseguir a un perro, aunque éste sea de nobles condiciones, basta darle el adjetivo de "rabioso". En las primeras épocas de nuestra era, decirle cristiano a un individuo era una forma de colocarlo fuera de la ley. Después se le decía "bárbaro" al enemigo del Imperio Romano para poderlo perseguir. Antes de la Revolución Francesa se perseguía a los libres pensadores, liberales, demócratas, plebeyos, etc. En la actualidad, la mejor manera de desencadenar la persecución sobre un elemento peligroso para la clase dirigente, es llamarlo comunista.
La clase dirigente colombiana ha considerado a la Iglesia y al Ejército como aliados incondicionales suyos, es natural que, cuando aparecen sacerdotes o militares inconformes, considere que su estructura interna comienza a resquebrajarse. Por lo tanto, sacerdotes y militares inconformes
constituyen un elemento mucho más peligroso para el sistema que los mismos comunistas afiliados al partido. De ahí la necesidad para la clase dirigente de desacreditarlos ante la opinión pública, tildándoles de comunistas. La prensa, servidora de esta clase, no puede adoptar una política diferente.
¿EL CLERO COLOMBIANO PECA DE COMUNISTA O DE ANTI-COMUNISTA?
El clero colombiano ciertamente no peca de comunista. El comunismo tiene un sistema filosófico incompatible con el cristianismo, aunque en sus aspiraciones socioeconómicas la mayoría de sus postulados no riñen con la fe cristiana.
Para decir que peca de anticomunista, se necesitaría hacer una investigación sobre las pastorales, los escritos, los sermones de nuestros obispos y sacerdotes. Sin embargo, mi impresión personal es que el comunismo ha sido considerado como el principal mal de la cristiandad en nuestra época. Este es un enfoque poco teológico y poco científico.
Poco teológico, porque el principal mal de la cristiandad es la falta de amor, tanto dentro de ella misma como respecto de los no cristianos, incluyendo a los comunistas. Por la falta de un amor eficaz traducido a las estructuras temporales en una forma científica por parte de los cristianos ha surgido el comunismo como una solución con todos sus aciertos y sus errores.
Desde el punto de vista científico, la posición del cristiano no debe ser anti sino en favor del bien de la humanidad. Si este bien no se puede realizar sino cambiando las estructuras temporales sería pecaminoso que el cristiano se opusiera al cambio. Solamente la crítica discriminada y científica del comunismo, en vista a la realización de este bien, puede justificar no una posición anti-comunista sino una posición científica que implique rechazo de todo lo que sea anti-científico.
¿SEGÚN SU JUICIO, LA ACTITUD DEL CLERO COLOMBIANO ANTE LOS PROBLEMAS SOCIALES, REQUERIRÍA UNA REVISIÓN?
En general, yo creo que la actitud del clero colombiano ante los problemas sociales sí requiere una revisión. Esta revisión se podría resumir así:
1. Preocupación por el bienestar de la humanidad más que por preservarla del comunismo.
2. Descartar la beneficencia ocasional y paternalista como forma habitual de acción.
3. Concentrar los esfuerzos en la formación de un laicado capaz de transformar las estructuras temporales desde su base atacando así el origen de los problemas sociales.
¿EL CLERO COLOMBIANO TIENE MENTALIDAD CAPITALISTA?
Para poder juzgar de la mentalidad de un grupo social, se requeriría un análisis bastante profundo. Sin embargo, yo considero que el clero colombiano por lo menos en la impresión que deja ante la opinión pública aparece con una mentalidad más feudal que capitalista y, en el mejor de los casos, con una mentalidad netamente capitalista.
La mentalidad feudal se caracteriza fundamentalmente por el deseo de posesión, haciendo caso omiso del lucro, de la productividad y del servicio a la comunidad.
La mentalidad capitalista por el deseo del lucro, sin considerar el servicio a la comunidad.
Ante la opinión pública el clero colombiano aparece como un grupo con deseo de posesión. En las esferas jerárquicas más altas y principalmente en los sectores urbanos, creo yo que aparece como un grupo con deseo de lucro. La opinión pública colombiana me parece que no tiene conciencia de que la Iglesia gaste dinero en servicio de la comunidad.
¿El comunismo debe ser puesto fuera de la ley?
Desde el punto de vista teórico creo yo que la mejor arma para combatir las ideas son las ideas; la mejor arma para combatir los movimientos políticos es mostrar una mayor eficacia en el uso del poder. Por lo tanto, las disposiciones legales en contra de ideas o de movimientos políticos son, en mi concepto, una demostración de debilidad ante ellos.
Sin embargo, si en un país se considera de hecho los comunistas excluidos de los cargos públicos, del derecho a ser elegidos, se excluyen de las cátedras universitarias y en muchas ocasiones, pierden el derecho de estudiar y de trabajar, sería una posición menos hipócrita declararlos oficialmente fuera de la ley que conservar una legalidad aparente, puramente táctica para disfrazar ese estado de cosas con un ropaje democrático a fin de evitar que los adversarios capitalicen la mística que les daría la ilegalidad y el hecho de ser considerados como víctimas.
ENVIADO POR: ANÓNIMO
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