El pasado 30 de abril, según datos difundido por el Tesoro de Estados Unidos, la deuda pública oficial de Estados Unidos ha llegado a 15.692,37 billones de dólares, lo que equivale a su máximo histórico. Barack Obama en sus 827 días de gobierno, desde que asumió la presidencia el 20 de enero del 2009, ha sido capaz de acumular una deuda pública equivalente a 5.065,49 billones de dólares, con un déficit medio diario de 4,24 billones de dólares; Obama ha llegado a superar la deuda acumulada por el anterior presidente George W. Bush, que en 8 años de gobierno había dejado en herencia una deuda record de 4.899,10 billones de dólares.
Indudablemente Barack Obama será recordado por mucho tiempo como el presidente que peor ha manejado el balance del Estado: en sus poco más de tres años de gobierno ha acumulado un tercio de toda la deuda que Estados Unidos ha acumulado a lo largo de su historia; los últimos dos presidente en poco más de 11 años han sido capaz de acumular alrededor de 10.000 billones de dólares.
Estados Unidos había llegado a una deuda de 5.000 billones de dólares el 23 de febrero de 1996; para acumular 1.000 billones de dólares más y llegar a 6.000 fueron necesarios 6 años; desde entonces con el presidente George W. Bush y su política de guerra, el déficit presupuestario se triplico pasando de los anteriores medio billón escaso de déficit diario a 1,5, determinando un acumulo de mil billones de deuda cada dos años o poco menos; en su último año de presidencia en solo 396 días acumula 1.000 billones, llevando la deuda estadounidense a los 10.000 billones. Por supuesto este fuerte crecimiento se debe a la crisis económica con la cual se encontró en su último año de presidencia y la transferencia de grandes cantidades de dinero público a las empresas en crisis. Con la llegada de Obama la deuda pública de Estados Unidos empeora drásticamente, acumulando mediamente mil billones de dólares cada siete meses y medio. El pasado 15 de noviembre había llegado a 15.000 billones y presumiblemente llegara a los 16.000 antes que termine el mes de Julio. El problema de Barack Obama, así como toda la sociedad estadounidenses, es que está acostumbrado al consumismo y a gastar por encima de lo que se tiene, financiando el déficit con préstamos. Pero, llegando a cifras así altas es muy difícil encontrar quien pueda financiar diariamente estos más de 4 billones y por ende ha sido necesario recorrer a la imprenta de dólares, lo que determinará enormes problemas, en un futuro no lejano.
Lo peor de todo, por Estados Unidos, es que no hay ninguna voluntad de cambiar; de hecho, Obama en sus balances para los próximos diez años, hasta 2021, sigue pensando que los Estados Unidos tienen que seguir gastando más de lo que tiene a disposición. Además, hay que añadir otro aspecto: cada años, cuando se pasa a rendir cuenta, las cifras reales son siempre diferentes y en negativo, en relación a lo presupuestado; por ejemplo, cuando se hizo el balance para el 2012 se presuponían entradas por 2.627 billones y gastos por 3.729; en realidad los ingresos fiscales, según estima del mismo gobierno, para el año en desarrollo, no llegaran ni a 2.400 billones. Es muy probable que todos los datos optimistamente estimados por el próximo decenio, van a ser peores, determinando una crisis institucional que podría llevar a la ruptura y desaparición de la misma unión.
Balance de los Estados Unidos hasta 2021, según informe de la Casa Blanca
Attilio Folliero, Caracas 02/05/2012
Nota
• Attilio Folliero, politólogo italiano, egresado de la Universidad La Sapienza” de Roma, actualmente profesor contratado de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, desde muchos años estudia la deuda pública de Estados Unidos, el desarrollo de las bolsas mundiales y todos los temas relacionado con la crisis económica.