GLOBALIZACION CULTURAL
El proceso de la globalización de la cultura es mas complejo y variado en sus formas y en las relaciones entre productores y receptores, una faceta significativa de este proceso se captura mediante una referencia a la noción de los modos de interacción, es decir, las formas dominantes en las cuales opera la globalización cultural, desde la imposición pasando por la emulación y hasta la difusión.
Hoy en la actualidad la globalización cultural está en función del alcance geográfico de estos movimientos y la intensidad o el volumen de dichos movimientos, también al igual que en velocidad o rapidez con que es posible comunicar imágenes o las ideas de un lugar a otro. Una concentración exclusiva en los flujos culturales no marca una importancia de relaciones permanentes establecidas por dichos flujos, es obvio que algunos flujos son totalmente transitorios y no dejan una huella social.
Son posibles diversos tipos de acercamiento, incluidas homogenización, controversia, hibridación e indiferencia y es necesario examinarlos en relación con los contextos y las condiciones cambiantes.
Los considerables flujos de información de personas y de imágenes que circulan alrededor del planeta, cruzando las fronteras con impunidad, han cambiado el contexto en el cual se deben de desarrollar los proyectos nacionales de cualquier clase. Tal vez es mas probable que la amenaza real para los proyectos nacionalistas de todas clases provenga de un incipiente cosmopolitismo cultural que desafiara la idea de la nación como la principal comunidad política y cultural y que exigirá la reubicación del poder en instituciones que no sean el Estado Nacional.
GLOBALIZACIÓN CULTURAL
La globalización ha significado una tendencia a la homogeneidad cultural cuyos patrones de conducta predominantes son aquellos asociados a la cultura norteamericana, reproduciendo símbolos tales como la coca cola, los Mc Donalds etc. y por supuesto el idioma inglés, lo que también ha sido construido en función de un mejor flujo del capital global, la rueda del comercio se movería mucho mejor si todos bebiéramos, comiéramos, nos vistiéramos, con los mismos gustos y por supuesto si habláramos el mismo idioma.
El castigo para quienes no adoptan esta “cultura globalizada”, es la negación al acceso de los supuestos beneficios económicos que genera este fenómeno.
GLOBALIZACIÓN CULTURAL
Cada grupo humano genera una cultura, integrada por un conjunto de "vivencias, pensamientos y sentimientos" invisibles que se concretan en "organizaciones, celebraciones..." visibles.
Las tecnologías de la televisión y de Internet han permitido poner al alcance de jóvenes y mayores una gran cantidad de inputs culturales que, a veces, proceden de culturas lejanas, son virtuales o son producidos por empresas con afán de lucro.
Pero para que un input cultural (un libro, una película, un espectáculo ofrecido en un parque temático, un videojuego, un anuncio, una discusión con los amigos o una excursión) ayude a la socialización de un joven o a la humanización de un adulto, tiene que ser recibido después de haber sido elegido y tiene que elaborarse activamente, para adaptarlo a la historia personal o colectiva del propio grupo humano. Cuando no hay adaptación (y al déficit de adaptación contribuye la cultura del consumismo compulsivo y la estrategia comercial de la industria del entretenimiento), los inputs culturales fomentan adicciones o convierten a los ciudadanos-consumidores en sujetos pasivos. Cuando hay adaptación, como en Sophiatown, los inputs culturales aterrizan adecuadamente en una persona o en un grupo humano concreto y transforman su cultura en un sentido humanizador.
En el proceso de aterrizaje adecuado de los inputs culturales globales, tienen un papel importante personas concretas que catalicen con paciencia y sabiduría los procesos de adaptación y de personalización. Los educadores, los padres o los líderes de instituciones de tiempo libre tienen que ser capaces de estimular la búsqueda activa de los niños y de los jóvenes a fin de que cada individuo o cada grupo elaboren su proyecto de vida dirigido a la humanización del grupo humano concreto.
Los problemas culturales que hemos presentado invitan a la acción de personas e instituciones para que el rostro cultural de la globalización se ponga al servicio de formas de vida más humanas. En los capítulos anteriores hemos presentado, de forma análoga, retos tecnoeconómicos y sociopolíticos.
Todos estos retos nos han permitido profundizar en el significado de la palabra-ídolo que nos ocupa: globalización. Es hora de recapitular su significado y de apuntar propuestas de acción humana que permitan aprovechar las oportunidades que ofrece y evitar sus riesgos.